21 mar 2018

Audiencia del 21 de marzo en el juicio a Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Sánchez Berzain


Para la audiencia del miércoles 21 de marzo, los abogados de Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Berzaín presentaron los breves testimonios de cuatro de los testigos considerados por ellos como clave para su descargo en el juicio contra ambos acusados que tiene lugar en la Corte de Distrito del Distrito Sur de Florida.

Unos minutos antes de lo fijado, a las 8:56 am, comenzó la audiencia ante el juez James Ivan Cohn y los 10 miembros del jurado. El primer testigo fue Jorge Berindoague Alcócer, ministro de hidrocarburos del segundo gobierno de Sánchez de Lozada. Hablando en un inglés fluido, Berindoague habló de su carrera profesional, iniciada con sus estudios de ingeniería civil en Berkeley, California, en 1947. El ex ministro detalló su trabajo en Panamá para la compañía petrolera hoy conocida como Gulf, así como su primer encuentro con Gonzalo Sánchez de Lozada, en los años 80, ya como militante del MNR.

Como miembro del primer gobierno de Sánchez de Lozada, Berindoague trabajó en el llamado proceso de Capitalización de las empresas estatales en Bolivia, en particular de la estatal petrolera YPFB. Y ya en 2002, el expresidente lo invitó a ser su consejero personal en el tema de hidrocarburos. A la renuncia del primer ministro de hidrocarburos, Gustavo Illanes, fue nombrado para el cargo.

Berindoague recordó que durante su participación en el gabinete se discutió la exportación del gas natural boliviano. Entre otros datos, el ex ministro recordó que Bolivia tenía hasta 100 millones de metros cúbicos de reservas, las segundas más importante del continente.

Cuando el abogado de la defensa lo consultó sobre el Decreto Supremo 27209, conocido como el "Decreto de la Muerte". Berindoague explicó que en ese tiempo la planta de Senkata de YPFB se encontraba bloqueada y en La Paz había no solamente carencia de gasolina sino escasez de alimentos.

El testigo dijo que firmó ese decreto como parte del gabinete de Sánchez de Lozada porque, dijo, se lo solicitó "un abogado joven de la presidencia". La norma, que garantizaba el surtido de gasolina y combustibles para la ciudad de La Paz, expresamente detalla haber sido aprobada "en consejo de ministros" pero la contradicción pareció escapar a su testimonio.

Berindoague mencionó haber asistido en esos días de 2003 hasta a 15 reuniones con Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Sánchez Berzaín pero sin abundar en detalles.

En el contra interrogatorio el abogado Saurabh Sharad, del equipo de abogados de las víctimas, preguntó básicamente tres cosas. La primera por saber si sus abogados eran los mismo de Gonzalo Sánchez de Lozada, a lo que Jorge Berindoague respondió afirmativamente. Luego, Sharad preguntó al detalle si el ex ministro estuvo en alguno de los escenarios donde hubo violencia y Berindoague dijo que no en todos los casos. Finalmente, a la pregunta de si como ministro era miembro del alto mando militar, el ex ministro de hidrocarburos respondió negativamente, concluyendo su testimonio.

Casi 25 después la corte observó el testimonio del ex militar y viceministro Guido Meruvia Gutiérrez en video. Meruvia comenzó declarando su participación en la negociación y acuerdo alcanzado con la policía en febrero de 2003 para terminar con sus movilizaciones. Luego mencionó su trabajo como mensajero de Gonzalo Sánchez de Lozada, llevando tres cartas a dirigentes sociales en octubre de ese año buscando la pacificación.

Entre sus declaraciones, el hombre que coordinó el secuestro de Hernán Siles Zuazo en 1984, recordó haber sido jefe de campaña en 2002 en los departamentos de Potosí y Sucre, luego de lo cual fue invitado a ser viceministro de relaciones laborales en el segundo gobierno de Sánchez de Lozada. Según él por sus conocimientos y experiencia en la administración pública y en el trabajo gerencial en sus empresas particulares.

Meruvia mencionó haber sido subsecretario de gobierno en otro gobierno y, gracias a ello, haber tenido que negociar con mucha gente.

El testigo de los acusados afirmó que el gobierno de Sánchez de Lozada explicó a la población que para exportar el gas boliviano a Estados Unidos no había un puerto decidido. Al ser cuestionado cómo explicó el ex presidente sus planes, Meruvia dijo lacónicamente: "Por televisión".

Meruvia, ex agente de inteligencia militar que fue parte del golpe militar de Luis García Meza en 1980, explicó que el 12 de octubre de 2003 los dirigentes alteños solicitaron al gobierno notas para mostrar a sus bases y deliberar sobre las intenciones de diálogo luego de la masacre de ese domingo.

Al respecto, Guido Meruvia recordó haber ido la noche de ese día hasta la Ceja de El Alto, en compañía del entonces director de trabajo Vladimir Ergueta, a entregar cartas personalmente a tres dirigentes (Braulio Rocha, Mauricio Cori y Juan Meléndrez). Fue al bajar que, dijo, hubo una emboscada y una ráfaga de piedras cayó sobre el jeep que conducía.

Una piedra grande cayó sobre el techo de su mobilidad, abollandola, y otras más rompieron cristales. A Erguete, detalló Meruvia, le partieron la cara, y él terminó con trozos de vidrio en su cara, por lo que tuvieron que trasladarse al hospital para ser atendidos.

En la pantalla instalada en la sala de la corte, los abogados de la defensa mostraron al jurado las cartas que, curiosamente, tenían como fecha de la reunión las 15 horas del lunes 13 de octubre en la residencia presidencial de San Jorge, más de 20 horas después el acuerdo de pacificación firmados por los citados dirigentes alteños y Gonzalo Sánchez de Lozada, prueba presentada el martes 20 durante de la declaración del ex presidente.

Poco después, y dando una opinión personal sobre Víctor Hugo Canelas (según el un hombre con "actitudes rencorosas, negativas y vengativas"), Meruvia concluyó su declaración jurada.

Tres minutos antes de las 10 de la mañana fue exhibida la declaración del tercer testigo de la defensa de Sánchez de Lozada y Carlos Sánchez Berzaín. También en formato de video, el ex diputado del MNR Luis Eduardo Siles recordó que haber conocido a Sánchez de Lozada en 1988 o 1989 quien, dijo, tenía ideas interesantes como ministro de planificación en tiempos de la hiper inflación, cuando el ex presidente colaboraba estrechamente con Jeffrey Sachs, dijo.

El hoy líder nacional del MNR, hablando un inglés rudimentario, fue breve en sus declaraciones, reconociendo entre otras cosas no participó nunca de los trabajos del poder ejecutivo de entonces. Aunque sí mencionó algunas reuniones en la residencia presidencial, un par de ellas con otros partidos de la coalición que por entonces daba soporte al gobierno de Sánchez de Lozada.

Poco pudo decir Siles sobre el control de la policía o, a pregunta expresa de los abogados de las víctimas, aclaró no haber sostenido nunca una conversación con Carlos Sánchez Berzaín.

Para finalizar la jornada más breve del juicio hasta hoy, apareció en persona el ex ministro de hacienda Javier Comboni Salinas. Educado en Estados Unidos, Comboni dio su testimonio en un inglés fluido para detallar su trabajo como ministro entre 2002 y 2003, así como sus actuales ocupaciones: trabajando con migrantes y refugiados en el estado de Illinois o realizando pequeñas consultorías a diversos gobiernos sobre deuda y bancos centrales.

Comboni dijo que conoce a Sánchez de Lozada desde su primer gobierno a finales del siglo pasado, cuando trabajaba en el Banco Central de Bolivia. También recordó haber aconsejado en algunas ocasiones al ex gobernante y. ya en 2002, haber participado de la campaña como asesor en temas económicos, en particular en un plan para combatir el déficit de entonces, dijo, así como en los planes y programas sociales así como medidas contra la recesión boliviana.

El ex ministro de hacienda dijo no haber escuchado a Sánchez Berzaín hablar de represiones, muertes civiles o algo similar. Comboni recordó que en general los bloqueos hacían difícil su trabajo y que atestiguó los bloqueos en 2003 y que vio el uso cotidiano de petardos por parte de los manifestantes.

El 12 de febrero de 2003, explicó Comboni, fue a palacio a discutir las reformas fiscales del gobierno de Sánchez de Lozada y, mientras debatían las medidas que desataron las protestas, fueron sacados del despacho presidencial para instalarse en una oficina sin ventanas. Escuchó disparos y vio cristales de ventanas rotas en el edificio mientras los policías y los militares se movilizaban. Junto con otros funcionarios, Comboni fue desalojado por una puerta auziliar.

En un momento peculiar del interrogatorio, el abogado de la defensa preguntó expresamente si los cachorros de dinamita que mencionó como parte de las protestas eran como los fuegos artificales usados en Estados Unidos para celebrar la independencia nacional cada 4 de julio. Comboni respondió categóricamente que sí.

Brevemente interrogado por sus actividades recientes, Comboni reconoció haber trabajado para Gonzalo Sánchez de Lozada en una consultoría sobre productos de consumo. También declaró que Gonzalo Sánchez de Lozada paga a su abogado en este juicio.

El contra interrogatorio del abogado de las víctimas fue sucinto. Consultado sobre su posible presencia en alguno de los escenarios de violencia en septiembre y octubre de 2003, Comboni dijo no haber estado nunca. Luego tuvo que explicar que en septiembre estuvo fuera del país por dos semanas y luego volvería a dejar el país el 5 de octubre y no volvería hasta después del día 17, cuando Sánchez de Lozada renunció.

Comboni Salinas también negó, en la última pregunta de la audiencia, haber sido parte del alto mando militar, cerrando la audiencia del miércoles.

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